SI TÚ ME DICES ¡VEN!
Por Amado de Nervo.
Si tú me dices ¡Ven!, lo dejo todo...
No volveré siquiera la mirada
para mirar a la mujer amada...
Pero dímelo fuerte, de tal modo,
que tu voz, como toque de llamada,
vibre hasta el más íntimo recodo
del ser, levante el alma de su lodo
y hiera el corazón como una espada.
Si tú me dices ¡Ven!, todo lo dejo.
Llegaré a tu santuario casi viejo
y al fulgor de la luz crepuscular;
mas he de compensarte mi retardo,
difundiéndome, ¡Oh Cristo!
¡cómo un nardo de perfume sutil,
ante tu altar!