jueves, 31 de julio de 2014

"Envío", poema de Manuel José Othón.


                                        ENVÍO.
                              Manuel José Othón.


En tus aras quemé mi último incienso
y deshojé mis postrimeras rosas,
do se alzaban los templos de mis diosas
ya sólo queda el arenal inmenso.



Quise entrar en tu alma, ¡y qué descenso!,
¡qué andar por entre ruinas y entre fosas!
¡A fuerza de pensar en tales cosas,
me duele el pensamiento cuando pienso!



¡Pasó...! ¿Qué resta ya de tanto y tanto
deliquio? En ti, ni la moral dolencia,
ni el dejo impuro, ni el sabor del llanto.



Y en mí: ¡qué hondo y tremendo cataclismo!
¡Qué sombra y qué pavor en la conciencia,
y qué horrible disgusto de mí mismo!

domingo, 20 de julio de 2014

"Sembrando" (El sembrador), poema de Marcos Rafael Blanco Belmonte.

SEMBRANDO
(El sembrador)
Marcos Rafael Blanco Belmonte.

De aquel rincón bañado por los fulgores
del sol que nuestro cielo triunfante llena;
de la florida tierra donde entre flores
se deslizó mi infancia dulce y serena;
envuelto en los recuerdos de mi pasado,
borroso cual lo lejos del horizonte,
guardo el extraño ejemplo, nunca olvidado,
del sembrador más raro que hubo en el monte.


Aún no se si era sabio, loco o prudente
aquel hombre que humilde traje vestía;
sólo sé que al mirarle toda la gente
con profundo respeto se descubría.
Y es que acaso su gesto severo y noble
a todos asombraba por lo arrogante:
¡hasta los leñadores mirando al roble
sienten las majestades de lo gigante!

Una tarde de otoño subí a la sierra
y al sembrador, sembrando, miré risueño;
¡desde que existen hombres sobre la tierra
nunca se ha trabajado con tanto empeño!
Quise saber, curioso, lo que el demente
sembraba en la montaña sola y bravía;
el infeliz oyóme benignamente
y me dijo con honda melancolía:
—Siembro robles y pinos y sicomoros;
quiero llenar de frondas esta ladera,
quiero que otros disfruten de los tesoros
que darán estas plantas cuando yo muera.

—¿Por qué tantos afanes en la jornada
sin buscar recompensa?— dije. 
Y el loco murmuró, con las manos sobre la azada:
—«Acaso tú imagines que me equivoco;
acaso, por ser niño, te asombre mucho
el soberano impulso que mi alma enciende;
por los que no trabajan, trabajo y lucho;
si el mundo no lo sabe, ¡Dios me comprende!

»Hoy es el egoísmo torpe maestro
a quien rendimos culto de varios modos:
si rezamos, pedimos sólo el pan nuestro.
¡Nunca al cielo pedimos pan para todos!
En la propia miseria los ojos fijos,
buscamos las riquezas que nos convienen
y todo lo arrostramos por nuestros hijos.
¿Es que los demás padres hijos no tienen?...
Vivimos siendo hermanos sólo en el nombre
y, en las guerras brutales con sed de robo,
hay siempre un fratricida dentro del hombre,
y el hombre para el hombre siempre es un lobo.

»Por eso cuando al mundo, triste, contemplo,
yo me afano y me impongo ruda tarea
y sé que vale mucho mi pobre ejemplo
aunque pobre y humilde parezca y sea.
¡Hay que luchar por todos los que no luchan!
¡Hay que pedir por todos los que no imploran!
¡Hay que hacer que nos oigan los que no escuchan!
¡Hay que llorar por todos los que no lloran!
Hay que ser cual abejas que en la colmena
fabrican para todos dulces panales.
Hay que ser como el agua que va serena
brindando al mundo entero frescos raudales.
Hay que imitar al viento, que siembra flores
lo mismo en la montaña que en la llanura,
y hay que vivir la vida sembrando amores,
con la vista y el alma siempre en la altura».

Dijo el loco, y con noble melancolía
por las breñas del monte siguió trepando,
y al perderse en las sombras, aún repetía:
—«¡Hay que vivir sembrando! 
¡Siempre sembrando!...»



sábado, 19 de julio de 2014

DESCARGA GRATIS hoy y mañana mi libro "Amoroso Paraíso y otros poemas". :)




Sólo da "click" en el link de arriba.





"Lo perdido", poema de Jorge Luis Borges.

LO PERDIDO.
Jorge Luis Borges.

¿Dónde estará mi vida, 
la que pudo haber sido y no fue, 
la venturosa o la de triste horror, 
esa otra cosa que pudo ser la espada 
o el escudo y que no fue? 

¿Dónde estará el perdido 
antepasado persa o el noruego, 
dónde el azar de no quedarme ciego, 
dónde el ancla y el mar, 
dónde el olvido de ser quien soy? 

¿Dónde estará la pura 
noche que al rudo labrador confía 
el iletrado y laborioso día, 
según lo quiere la literatura? 

Pienso también en esa compañera 
que me esperaba, 
y que tal vez me espera.

miércoles, 16 de julio de 2014

"Elegía", poema de Miguel Hernández.


ELEGÍA.
Miguel Hernández.


(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
a quien tanto quería.)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.

Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.

Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
de almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

sábado, 12 de julio de 2014

"Poema de Amorosa Raíz", de Alí Chumacero.

POEMA DE AMOROSA RAÍZ.
Alí Chumacero.


Antes que el viento fuera mar volcado,
que la noche se unciera su vestido de luto
y que estrellas y luna fincaran sobre el cielo
la albura de sus cuerpos.

Antes que luz, que sombra y que montaña
miraran levantarse las almas de sus cúspides;
primero que algo fuera flotando bajo el aire;
tiempo antes que el principio.

Cuando aún no nacía la esperanza
ni vagaban los ángeles en su firme blancura;
cuando el agua no estaba ni en la ciencia de Dios;
antes, antes, muy antes.

Cuando aún no había flores en las sendas
porque las sendas no eran ni las flores estaban;
cuando azul no era el cielo ni rojas las hormigas,
ya éramos tú y yo.

"Deseos", poema de Salvador Díaz Mirón.

DESEOS.
Salvador Díaz Mirón.


Yo quisiera salvar esa distancia
ese abismo fatal que nos divide,
y embriagarme de amor con la fragancia
mística y pura que tu ser despide.

Yo quisiera ser uno de los lazos
con que decoras tus radiantes sienes;
yo quisiera en el cielo de tus brazos
beber la gloria que en los labios tienes.

Yo quisiera ser agua y que en mis olas,
que en mis olas vinieras a bañarte,
para poder así, como lo sueño a solas,
¡a un mismo tiempo por doquier besarte!

Yo quisiera ser lino y en tu lecho,
allá en la sombra, con ardor cubrirte,
temblar con los temblores de tu pecho
¡y morir de placer al comprimirte!

¡Oh, yo quisiera mucho más! 
¡Quisiera llevarte en mí 
como la nube al fuego,
mas no como la nube en su carrera
para estallar y separarse luego!

Yo quisiera en mí mismo confundirte,
confundirte en mí mismo y extrañarte;
yo quisiera en perfume convertirte,
¡convertirte en perfume y aspirarte!

¡Aspirarte en un soplo como esencia,
y unir a mis latidos tus latidos,
y unir a mi existencia tu existencia,
y unir a mis sentidos tus sentidos!

¡Aspirarte en un soplo del ambiente,
y así verte sobre mi vida en calma,
toda la llama de tu pecho ardiente
y todo el éter del azul de tu alma!

Aspirarte, mujer... De ti llamarme,
y en ciego, y sordo, y mudo constituirme,
y en ciego, y sordo, y mudo consagrarme
al deleite supremo de sentirte
¡y a la dicha suprema de adorarte!

lunes, 7 de julio de 2014

EL BLOG PRINCIPAL DE DALIANEGRA.: ACTO DE CONTRICIÓN

EL BLOG PRINCIPAL DE DALIANEGRA.: ACTO DE CONTRICIÓN: Durante un tiempo habité tu periferia, tus extramuros. Sabedor de mi éxodo, me mirabas desde tu adarve con un silencio que te nacía en el...

Versos con rimas para niños y niñas: Lobo (Venus Maritza)

Versos con rimas para niños y niñas: Lobo: Un lobo aulla a  la luna de oro. sus rayos emiten dorados reflejos. Los cantos, joyas y tesoros. disgregan su efecto en los cielos. La e...

Vientos de tinta: Boleto de despedida (Victoria Montes)

Vientos de tinta: Boleto de despedida: Esta agonía nos va dejando, nuestro amor ya decidió. Final de juego para tus labios y mis labios. Jaque mate al corazón. No quedan excusas, ...

Clarisa Tomás Campa: LO QUE QUEDA EN LA CALLE

Clarisa Tomás Campa: LO QUE QUEDA EN LA CALLE: Recojo las hojas esparcidas, las dulces amarillas tan desnudas; las rojas con su sangre, las violetas olvidadas, las perdi...

El Laberinto Intrincado: Luego de despertar (Paola Valencia)

El Laberinto Intrincado: Luego de despertar: Me dicen que ayer no fue enero y que tú ya no estás, Me dicen que mis pasos se borraron de la arena, Que las estrellas ya no son ...

jueves, 3 de julio de 2014

Soy la noche.

SOY LA NOCHE.
     Por José Aurelio Guzmán Martínez.
Soy la noche que duerme entre tus brazos,
que hurga en tus sueños;
la sombra que abriga tu cuerpo,
que arrulla tus quimeras.
Soy la noche y tú la Luna
que acampan bajo las estrellas,
donde yacemos embriagados
de una romántica obscuridad.
El nocturno amor nos llama cada día
y nos envuelve en su mágica pasión
y nos dejamos llevar a ciegas
por los ignotos senderos de la piel desnuda.
Soy un lazarillo entre tus piernas.
Allí,
donde busco encender fuego en tu ser.

+ Nota: este poema forma parte del libro "Amoroso Paraíso y otros poemas", de José Aurelio Guzmán Martínez, disponible en Amazon.

Por fin tus labios.

POR FIN TUS LABIOS.
Por José Aurelio Guzmán Martínez.
Por fin tus labios palpitando en los míos,
en medio de ojos cerrados
que buscan almas gemelas en la obscuridad.
Por fin mi boca horadando en tu cuerpo,
en donde intento atrapar
el aroma desnudo de tu ser
que se pierde entre mis besos.
Y mi mano que se oculta en tu melena
de amoroso perfume primavera
y mi mano que se refugia en tu mejilla,
que  es llama en tu cuello.
Por fin tus labios son fruta en mi boca,
cálidos deseos que enloquecen,
quimeras que se consumen,
 un furtivo encuentro de ardientes auras.

+ Nota: este poema forma parte del libro "Amoroso Paraíso y otros poemas", de José Aurelio Guzmán Martínez, disponible en Amazon

Tu voz.

TU VOZ.
Por José Aurelio Guzmán Martínez.
Oigo tu voz en la frescura de un amanecer,
cuando hace eco en el rocío de la mañana
y las flores saludan al Sol
con sus aromáticos pétalos que abren.
Oigo tu voz en el vuelo de las aves
que corren por migas al parque,
en medio de la lluvia que asfixia,
de los relámpagos que ciegan,
                                      que aturden;
al caer en un delicioso sueño
del que no se quiere escapar.
Oigo tu voz en tus besos,
en las caricias de tus manos,
              en el perfume de tu cuello,
                                        en el candor de tu mirada.
Oigo tu voz en la fecundidad de tu ser.

+ Nota: este poema forma parte del libro "Amoroso Paraíso y otros poemas", de José Aurelio Guzmán Martínez, disponible en Amazon.

La frágil silueta de tu cuerpo.

LA FRÁGIL SILUETA DE TU CUERPO.
 Por José Aurelio Guzmán Martínez.
Esta mañana te descubro
bajo una amorosa mirada
que palpita,
                que te llama.
El suave aroma de tu rostro
es licor de rosas,
                rocío de gardenias;
oigo el candor de  tu voz
acercarse a mis labios
y no puedo más que entregarme
a la frágil silueta de tu cuerpo.

+ Nota: este poema forma parte del libro "Amoroso Paraíso y otros poemas", de José Aurelio Guzmán Martínez, disponible en Amazon.

Pablo Neruda recita el Poema 20 de 20 poemas de amor y una canción deses...

Pablo Neruda recita La canción desesperada de 20 poemas de amor y una ca...

Entrevista al escritor Mario Benedetti

Octavio Paz y Jorge Luis Borges sobre La Poesía en Nuestro Tiempo 2/2

Octavio Paz y Jorge Luis Borges sobre La Poesía en Nuestro Tiempo 1/2

POEMAS RECITADOS POR JORGE LUIS BORGES

Pablo Neruda - su poesia en su propia voz

Jaime Sabines - No es que muera de amor

Mario Benedetti - Te Espero

Mario Benedetti-Soledades [poema con letra y en voz de Mario B.]